miércoles, 24 de abril de 2013

La expropiación Petrolera

LA EXPROPIACIÓN PETROLERA

 El 18 de marzo de 1938, la Revolución Mexicana llegó a su mayor grado de soberanía, al resolver de tajo un problema que venía desde el Porfiriato: el petróleo. Al convertirse a finales del siglo XIX en el principal combustible mundial, las grandes compañías petroleras intentaron controlar los pozos más importantes del planeta.


Porfirio Díaz les cobró pocos impuestos a cambio de que crearan empleos. Francisco I. Madero intentó aplicarles nuevos cobros para sostener a su gobierno y murió asesinado. Venustiano Carranza también quiso controlarlos y para eso estableció, en el artículo 27 de la Constitución, que los bienes del subsuelo eran propiedad de la nación.

Álvaro Obregón, que necesitaba el reconocimiento norteamericano, dejó de lado ese artículo y permitió que las compañías petroleras operaran libremente. En cambio, Plutarco Elías Calles decidió volver a controlar esas empresas, por lo que en 1927 México estuvo a punto de sufrir una invasión por parte del ejército norteamericano.

El Estado mexicano había buscado establecer un convenio con las compañías petroleras en el cual, a cambio de que ellas reconocieran que el petróleo era de la nación, el Estado les permitiría operar en el país. Cuando Lázaro Cárdenas tomó en 1938 la decisión de expropiar esas empresas, fue porque consideró que de no hacerlo la nación se debilitaría y estaría a merced no de Estados Unidos, sino de ese grupo de empresarios petroleros que se convertirían en los amos de México.




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